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Uno de los obstáculos para el aprovechamiento en general de la ¦0¦es su baja intensidad. Incluso para las condiciones de tiempo despejado que seconsideraban en ese capítulo, quedó claro que la baja intensidad (y lavariabilidad) de la energía eran unas desventajas importantes en una potencialfuente de energía.
A mediodía, en los trópicos, la intensidad puede acercarse a 1 kW por m 2 desuperficie expuesta. Incluso el mejor de los muchos dispositivos estudiadosanteriormente para la conversión de la energía solar en formas másconvenientes, no nos daría más de unos 150 W/ml aun en estas condicionesideales. La energía diaria sería tan sólo de 0,5 a 1 kWh/m'. Evidentemente, eltamaño de los colectores por sí sólo haría antieconómico abastecer por esteprocedimiento otra cosa que no fuese una demanda de energía local y pequeña. Enlos países más desarrollados, la demanda total de energía ya es del orden de 50kWh por persona y día. Para satisfacer esa demanda en una comunidad de tamañomedio por ejemplo 100.000 personas, mediante el método de mayor rendimiento conel que pudiésemos contar en la actualidad, se necesitarían unos colectores conuna superficie total mayor de 5 km'. Esta superficie es del mismo orden que elárea de terreno sobre la que se construye la ciudad, incluso para lasintensidades medias de una ciudad antigua. Si se utilizase una zona alrededor delperímetro de esta ciudad, tendría que ser de una anchura de varios cientos demetros. Donde el clima es menos favorable, hay muchos países del mundo donde elconsumo de energía excede a la energía solar que incide sobre todo suterritorio, habitado o no,
Se han hecho proyectos para situar colectores solares en autopistas y víasde ferrocarril y, en todos aquellos lugares donde no obstaculicen la incidenciade la luz en las apreciadas tierras de labor. Se puede demostrar que con esossistemas se podría conseguir una parte importante del suministro de energía enzonas desarrolladas. No obstante, aunque no se puede decir que no llegará eldía en que se lleven a la práctica esos proyectos, podemos afirmar sin riesgo aequivocarnos que durante bastante tiempo las comunidades de estas zonasseguirán obteniendo su energía por otros procedimientos.
Sin embargo, para las demandas más modestas de una comunidad en desarrollo orural, la perspectiva puede ser muy diferente. En este Caso, el aprovechamientode la energía, en unas cantidades muy inferiores a la energía incidente sobrela región, produciría unos cambios espectaculares para el futuro de la zona.Además, los dispositivos solares serían competitivos con otras fuentes deenergía. La prueba la tenemos en el éxito de las instalaciones de agua calientesolar. La demanda de agua caliente, incluso en los países desarrollados, puedesatisfacerse por medio de dispositivos cuya área de colectores sea menor que lasuperficie de cubierta de los edificios normales de viviendas. Los millones deestos aparatos hoy en uso son una prueba de su competitividad en estasaplicaciones.
Hay cantidad de pequeñas labores, en la actualidad realizadas a mano outilizando trabajo animal o que no se realizan en absoluto, cuya de manda energéticaestaría dentro de las posibilidades de los sistemas solares con superficies decolector desde unos cuantos metros cuadrados hasta unos cuantos cientos demetros. Al igual que con otras innovaciones, la introducción de estos aparatoses en gran medida una cuestión económica, materia especialmente dificil, quetrataremos de examinar brevemente después. Mientras tanto, sin embargo,estudiaremos de nuevo otra causa de dificultades, que existe incluso cuando laintensidad solar es la máxima posible. Es la variación de la intensidad segúnla hora y la estación, y la gran proporción de tiempo al día en que no podemoscontar con la energía solar.