La energía solar se fundamenta en el aprovechamiento de la radiación solar para la obtención de energía que podemos aprovechar directamente en forma de calor o bien podemos convertir en
electricidad.
* Calor: la
energía solar térmica consiste en el aprovechamiento de la radiación que proviene del sol, para la producción de agua caliente, para consumo doméstico o industrial, climatización de piscinas, calefacción de nuestros hogares, hoteles, colegios, fábricas, etc.
* Electricidad: energía solar fotovoltaica permite transformar en electricidad la radiación solar a través de unas células fotovoltaicas o placas solares. La electricidad producida puede usarse de manera directa (por ejemplo para sacar agua de un pozo o para regar, mediante un motor eléctrico), o bien ser almacenada en acumuladores para usarse en las horas nocturnas. Incluso es posible inyectar la
electricidad sobrante a la red general, obteniendo un importante beneficio.
La energía solar
fotovoltaica tiene numerosas aplicaciones.
Funcionamiento de aparatos de consumo pequeño, calculadoras, relojes, etc.
Electrificación de viviendas o núcleos de población aislados.
Señalizaciones terrestres y marítimas.
Comunicaciones o iluminación pública.
Durante el presente año, el Sol arrojará sobre la Tierra cuatro mil veces más
energía que la que vamos a consumir.